El atleta keniano, Abel Mutai, medalla de bronce en los 3.000 obstáculos hace 6 meses en los Juegos Olímpicos de Londres, estaba a punto de ganar la prueba.
Iván Fernández Anaya iba en segunda posición a considerable distancia de Abel Mutai. Pudo observar, desde la distancia y con tiempo para reflexionar, como el atleta keniata se paraba 20 metros antes de llegar a la meta.
Mutai, confundido con las indicaciones, se paró y relajado comenzó a saludar a los espectadores creyéndose ganador.
Desaprovechando la oportunidad de ganar, Iván indicó al keniata donde estaba la verdadera linea de llegada, se quedó a su espalda y gesticulando para que lo entendiera y casi empujándolo llevo al keniata hacia la meta dejándolo pasar delante.
Iván Anaya, corredor vitoriano de 24 años está considerado un atleta de mucho futuro (Campeón de España de 5.000m en categoría promesas hace dos años) afirmó tras finalizar la prueba: "Aunque me hubieran dicho que ganando tenia plaza en la selección española para el europeo, no me hubiera aprovechado. Creo que es mejor lo que he hecho que si hubiera ganado. Y esto es muy importante por que hoy en día, tal y como están las cosas en todos los ambientes, deportes, sociedad, política, donde parece que todo vale, un gesto de honradez va muy bien"
Lo decía al principio: desgraciadamente, se ha hablado muy poco de esto y es una lástima. En mi opinión estaría bien explicarlo a los niños para que no piensen que el deporte es únicamente lo que ven por la tele.
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